El emperador Jahangir (un rey Mogol del siglo XVII) dijo: “si hay un cielo en la tierra, está aquí, está aquí, está aquí”. Cuando visite estas tierras, se hace evidente que estas palabras no eran una exageración.
Hay una armonía en Cachemira que inspira un sentimiento reverencial, cuando el sol baña los exuberantes prados verdes con su luz y los lagos reflejan el azul del cielo en sus aguas. A lo lejos, las ondulantes montañas suben y bajan, mostrando...
El emperador Jahangir (un rey Mogol del siglo XVII) dijo: “si hay un cielo en la tierra, está aquí, está aquí, está aquí”. Cuando visite estas tierras, se hace evidente que estas palabras no eran una exageración.
Hay una armonía en Cachemira que inspira un sentimiento reverencial, cuando el sol baña los exuberantes prados verdes con su luz y los lagos reflejan el azul del cielo en sus aguas. A lo lejos, las ondulantes montañas suben y bajan, mostrando su grandeza cada vez que las mira. Los paradisíacos jardines mogoles, cubren el valle con hermosas flores aromáticas: Shalimar Bagh, Nishat Bagh, Chashma Shahi, y Jardín del Tulipán (el más grande de Asia), son algunos ejemplos.
En la estación de montaña de Gulmarg, está el campo de golf a más altura del mundo y espectaculares rutas donde hacer senderismo por las montañas. Antes de comenzar la temporada de esquí, cuando todo se cubre de nieve, puede presenciar las hermosas praderas repletas de flores de todos los colores.
El valle invita a pasear sin rumbo fijo, con el único objetivo de sentirse más cerca del cielo. Piense en ello de esta manera: Al llegar a Cachemira, sediento por el viaje, los kilómetros y kilómetros esplendorosa belleza apagan todos sus anhelos. Cachemira es ese descubrimiento conmovedor, que sólo le da la iluminación.
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