La luz de la mañana cae sobre el Taj Mahal y su mármol blanco brilla como una joya. El amanecer es un buen momento para visitar el monumento, una de las Siete Maravillas del Mundo, cuando un manto rosado cubre delicadamente su fachada. Mientras que a la luz de la luna, parece dorado y más grande de lo que realmente es, un momento perfecto para los más románticos.
Un símbolo del amor, el Taj Mahal es el mausoleo que el emperador mogol Shah Jahan construyó para su amada esposa, Mumtaz Mahal,...
La luz de la mañana cae sobre el Taj Mahal y su mármol blanco brilla como una joya. El amanecer es un buen momento para visitar el monumento, una de las Siete Maravillas del Mundo, cuando un manto rosado cubre delicadamente su fachada. Mientras que a la luz de la luna, parece dorado y más grande de lo que realmente es, un momento perfecto para los más románticos.
Un símbolo del amor, el Taj Mahal es el mausoleo que el emperador mogol Shah Jahan construyó para su amada esposa, Mumtaz Mahal, en el siglo XVII. Su estructura tardo 20 años en completarse y en ella trabajaron más de 20.000 personas, con el único objetivo de hacer realidad el sueño su emperador. El complejo fue diseñado siguiendo una impecable simetría y sin duda el resultado fue perfecto. Los minaretes, la mezquita, la casa de huéspedes, y otros edificios, salieron según los planes.
Un cuento de amor, sacrificio y desesperación, todo ello forma parte de la historia del Taj Mahal de Agra y está plasmado en cada rincón de su arquitectura. Un paseo alrededor de los hermosos jardines ornamentales de estilo mogol que rodean el monumento, el cual se refleja en el estanque que se extiende frente a él. Esta es la primera imagen que tendrá de la joya arquitectónica que se muestra majestuosa elevada sobre una gran plataforma. Una obra maestra única coronada por una gran cúpula central con forma de bulbo, custodiada por cuatro cúpulas menores, todo ello decorado con exquisitos trabajos de incrustación de piedras semipreciosas con motivos florales y geométricos y elaborados trabajos de talla en mármol. Cuatro esbeltos y elegantes minaretes se elevan, uno por cada esquina de la plataforma. En el interior descansan el sultán y su amada reina, unidos en un eterno amor.
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